Todo fotógrafo se plantea a lo largo de su vida qué tipo de fotógrafo quiere ser. Aunque llevo (casi) toda la vida haciendo fotografías, yo no me lo había planteado hasta hace un par de años. Lo hice tras leerme un libro que os recomiendo encarecidamente (si es que no lo habéis leído ya): Visión fotográfica: Curso de fotografía para jóvenes fotógrafos, de Eduardo Momeñe. Se trata de un libro que no tiene una sola fotografía (salvo la de la portada), y cuyo título no se corresponde con el contenido… Yo lo habría titulado “Visión fotográfica: Curso de fotografía para fotógrafos que buscan su estilo“, porque eso es precisamente lo que hace: ayudarte a encontrar tu estilo como fotógrafo o fotógrafa.

A partir de ese libro comencé a plantearme no solo qué tipo de fotografía hacía, sino con qué tipo de fotografía disfrutaba más. Y llegué a la conclusión de que lo que me gusta hacer es recrearme con el proceso fotográfico. Me gusta pensar la fotografía que voy a hacer, me gusta diseñarla y me gusta el proceso de la toma. Además, no soy de los que procesa sus fotos ese mismo día… las mías reposan en el disco duro unas cuantas semanas, diría meses, antes de editarlas (seleccionar las que merecen la pena) y revelarlas. Como veis, me gusta tomarme mi tiempo en el proceso. De ahí el nombre que he querido dar a este sitio web en el que os muestro mi trabajo: Fotografía Reposada.

Evidentemente, hay ocasiones en que el estrés se impone al reposo, y no hay apenas tiempo para la planificación ni para pensar el disparo. Es el caso de la fotografía callejera, como parte de la fotografía de viajes. Podéis ver algunos ejemplos de ese tipo de fotografía en mi porfolio, pero os aseguro que en esos momentos, cuando más he disfrutado es cuando encuentro el lugar, y espero a que ocurra lo que debe pasar. A veces simplemente es que el personaje principal haga algún gesto, otras que aparezca una persona determinada, otras que los que aparecen en la foto no se superpongan y, en ocasiones, que el sujeto me mire para que termine mirando al futuro espectador de la imagen. Al final vuelvo al reposo, a la tranquilidad, a no hacer las cosas con prisa…

Ahora te invito a disfrutar (eso espero), sin prisa, con las imágenes que he preparado para ti.